Cuidado
A veces es mejor no asomarse a la ventana de una casa que no es la tuya; podrías encontrar que allí también viven los demonios de tu propia casa.
De cuentos sueltos y otras vainas
A veces es mejor no asomarse a la ventana de una casa que no es la tuya; podrías encontrar que allí también viven los demonios de tu propia casa.
Al pasearse por los mercadillos navideños, en medio de las almendras acarameladas, gritos de niños corriendo y el aroma tibio del Glühwein, puede ser que uno se encuentre con este tipo de pabellones.
Así lo veíamos continuamente en la televisión y en los periódicos, con lo puños en alto, desafiante, provocador, blandiendo el machete para mostrar lo que le esperaba a los que se opusieran, y sí, lo que le esperaba a los gringos si se atrevían.
Y finalmente habías llegado.
Por fin estabas con nosotros pero no lo podíamos creer. Un sentimiento de sorpresa nos había invadido aunque te habíamos esperado siempre.