Estábamos callados y confundidos en el pasillo de nuestro apartamento. La vibración que habíamos sentido estremeció el piso entero justo cuando terminamos de cepillarnos los dientes y nos disponíamos a salir para visitar una vieja amiga.
Esta chamarra de corduroy se perderá para siempre apenas unos días después de tomar esta foto, perdida entre una multitud jadeante y opresiva, entre empujones húmedos y salpicones de agua.
Input your search keywords and press Enter.